pfff

Tarde caminaba por la avenida, al llegar se percato de que había ya, llegado gente, pero no le importo, trato de hacer vida social, pero le fue pésimo, por no decir imposible, no le agrado el ambiente y ella lo miraba como “¿te pasa algo?”

-no nada. Respondió él.

Las horas pasaban y la noche cubría con su oscuro manto la ciudad, a la cuarta copa de ron con Coca Cola, decidió hablar con ella, y ¡oh! Sorpresa, quedaron en nada de nuevo.

El ambiente se prendía, y las niñas bailaban, mientras los hombres conversaban agitadamente. Él sentado mirando el horizonte de la capital con ella, hacían solo eso, pero él supo que no llegaría a más, le pidió disculpas, se paro, se despidió, tomo el ascensor, y camino hacia el paradero para tomar el transporte a casa mientras los primeros rayos de luz se asomaban tímidamente por la cordillera.

Lo llamaron por teléfono, y le preguntaron:

-¿Qué onda?

-No te metas- respondió