Había hecho una bitácora de viaje en algunos post, ahora teniendo un poco mas de tiempo, voy a hacer del que hice a EEUU el 2023.
Así que denme unos dias y empezaré a subir dichos post.
Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Había hecho una bitácora de viaje en algunos post, ahora teniendo un poco mas de tiempo, voy a hacer del que hice a EEUU el 2023.
Así que denme unos dias y empezaré a subir dichos post.
Según esto, no escribo desde el día siguiente de mi cumpleaños, y lo cierto es que han pasado muchas cosas desde entonces hasta ahora.
Los últimos tres meses del año fueron bastante normales dentro de todo, y la verdad es que no tengo mucho que contar, salvo que, finalmente, pude cerrar el ciclo con la persona con la que estuve posteando en este blog durante casi todo el 2024. La junta fue muy necesaria para mí, algo que de verdad sentía que debía hacer para cerrar bien la historia con R. Cuando él me propuso que nos viéramos, yo estaba demasiado nervioso, y ese estado no se me pasó hasta que llegué a su casa. Se había cambiado de departamento, aunque sigue viviendo relativamente cerca.
Aun así, no voy a mentir: fue doloroso. Lo pasé como el hoyo, y se lo hice saber. Le dije que no tenía por qué haberme juzgado por la forma en que vivo mi vida, porque yo nunca lo hice con él. Ambos sabíamos lo que estábamos haciendo. Lamentablemente, yo involucré más sentimientos, y eso hizo que todo me doliera más.
De todas formas, a pesar de todo lo que se dijo, me fui bastante tranquilo. No me guardé nada, y eso fue un alivio enorme. No quedamos en retomar el contacto ni la relación, pero me sentí en paz con lo que dije y con lo que hice. Por fin, sentí que le puse un cierre a todo lo que había pasado con él. También le dije cuánto lo había extrañado en todos esos meses. Fue muy bonito poder volver a sentir su piel, sus abrazos e incluso sus besos. Sí, nos besamos, no lo voy a negar. Pero más allá de eso, no pasó nada. Tampoco quise que pasara.
Me fui de ese departamento con el corazón lleno y, dentro de todo, feliz. Le dije que había sido muy importante para mí, que sentí muchas cosas por él, y que en ese momento le tenía mucho cariño. Quizás, quién sabe, en algún momento volvamos a encontrarnos.
Hasta ahora no nos hemos vuelto a cruzar ni a hablar, y estoy en paz con eso.
Creo que la mayor decepción llegó casi al final del año. Lo pasé mal. Lloré, cosa que no me pasaba hace mucho tiempo. No lo conté acá antes, pero desde abril del año pasado estuve saliendo con un chico. Con el tiempo, la relación se fue apagando, y yo no entendía por qué él seguía alargándola. Por estar enamorado, tampoco quise mirar la situación con objetividad para entender lo que realmente estaba pasando.
Durante la relación, hubo señales que me hicieron ruido y que me afectaron al momento de tomar decisiones. En parte, siento que él se hizo la víctima, incluso hasta el final. En terapia me ayudaron a ver que, en el fondo, solo estaba esperando que yo lo terminara, para poder validarse ante los demás diciendo que fui yo quien lo dejó. Pero la verdad es que él había estado preparando el terreno para que todo explotara.
La gota que rebalsó el vaso fue un fin de semana. Para mí, los fines de semana parten el viernes. Ese viernes, no dio señales de vida. El sábado, hablamos un rato y le mandé un mensaje preguntando a qué hora venía, si es que pensaba venir. No me respondió. El domingo pasó entero sin hablarme. Ya el lunes, pasado el mediodía, con la cabeza hecha mierda, no me quedó otra que mandarlo a la chucha. No podía seguir aguantando su falta de compromiso.
Le dije que me había dado cuenta de muchas cosas. Él alguna vez mencionó que estaba enfrentando problemas personales, y aunque era cierto, también noté que nunca me permitió acompañarlo. Con el tiempo entendí que yo era el único remando en esa relación, mientras él se había bajado del bote hace rato.
Lo que más me dolió fue que, al terminar, no se defendió. Sentí que hablaba con una pared. Solo respondía con monosílabos. En un momento me dijo que quizá debió haberme dicho que no tenía energía para venir a Santiago. Pero luego, revisando sus redes sociales —sobre todo su cuenta porno de Twitter— me di cuenta de que energía sí tenía, solo que no quería gastarla en mí. Hace rato que no quería.
Se pueden imaginar cómo me sentí. Pasé días cuestionándolo todo. Esto ocurrió el 30 de diciembre. Yo tenía un evento el 31 y había planeado salir a carretear con un amigo, pero la pena fue más fuerte. Me acosté temprano. No tenía ánimo para nada, solo quería sanar.
Para colmo, por amigos en común supe que él la ha estado pasando increíble, mientras yo andaba en la pasta las primeras semanas de enero. Ahora, ya con algo de distancia, la verdad es que... ya fue la wea.
Espero que estés bien. No puedo decir que no te guardo rencor, porque sí, aunque sea leve. Perdón si suena feo, pero no tengo más que decir. Tú sabes perfectamente lo que hiciste, y la vida se encargará de demostrártelo. Ojalá tengas a alguien que te apoye, como yo estuve ahí en su momento. Y si no, ojalá te toque pasar la mierda solo, porque tal vez lo necesitás.
No es odio, pero como esto pasó hace poco, mi mente aún te recuerda. Y mi cabeza solo lanza pensamientos intrusivos. Por ahora, no puedo hacer mucho contra eso, tampoco quiero...
Siento que este chico no tuvo muchas herramientas en su formación para enfrentarse a ciertas situaciones sociales, pero aún así me siento cómodo. No hemos tenido grandes problemas. Sé que para él ha sido difícil entenderme y seguirme el ritmo, sobre todo con la forma en que vivo mis vínculos sexoafectivos, pero tengo fe en que sabrá hacerse cargo. Y si no, bueno… así es la vida.
Comencé el año en una piscina, con un poco de natación y un traguito con este chico. Lo pasamos bien. Prefiero quedarme con ese recuerdo de Año Nuevo.
Este 2025 quiero algo distinto. Ya no quiero ser un “guerrero” ni seguir hueviando con relaciones sin sentido. Quiero conocer nuevos amigos, crear vínculos nuevos y que este año sea bueno en lo económico, que es lo que más necesito ahora.
También quiero seguir escribiendo aquí. Mantener este blog, contar mis cosas y dedicarle más tiempo a esta plataforma. La tengo hace años, y dejarla botada sería absurdo. Espero que quienes leen esto me sigan acompañando.
Un abrazo. Nos estamos leyendo.