viernes, 28 de abril de 2017

Bitácora de Viaje: Día de playa y Pan de Azúcar (Pão de Açúcar). Día 5

Brasil siempre se ha caracterizado por sus playas y clima tropical, es por eso que este 5to día ya después de TANTO recorrido, había que descansar, y que mejor que pasarlo en la playa. De tempranito nos fuimos a recostar en la playa y disfrutar del sol.


El clima en la playa es bien caluroso, recuerden que estamos en un periodo en donde el cambio climático nos tiene bien cagados y la verdad es que el sol pega y pega fuerte. Es importante que lleven mucho bloqueador solar, ojala uno que sea amigable con el medio ambiente, ya que además de poder disfrutar sus ricas aguas, hay animales dando vuelta en tus pies, sí, vimos varios pececitos que pasan por tus pies y además hay varias aves, generalmente fragatas (Fregata magnificens), que se alimentan de lo mismo, así que ojo para no contaminar más las aguas, y porque digo “contaminar más”, porque la verdad es que agua de la playa, no es turquesa como lo pintan los afiches, al menos en la época en que fuimos turquesa no era, además no está 100% limpia, a veces yo estaba nadando y de repente aparecía al lado mío una bolsa de plástico, o basurillas etc. Sorry si les mate la ilusión, pero es lo que vi.




Otra particularidad de las playas de Rio, es que en donde nos estábamos quedando (Copacabana) hay duchas para lavarte luego de que sales del mar, como para sacarte la sal supongo yo, pero son súper prácticas, además el agua no es fría.

Al igual que en algunas playas de la Chile, en Rio las playas están divididas en sectores, que allá se llaman “posto”, entonces está el posto 1, posto 2, posto3, etc., hay algunas que son más famosas que otras, como por ejemplo el Posto 6, que es un sector “exclusivo” gay, lleno de banderas LGTB y gente con cuerpos envidiables.

Nosotros estuvimos en el Posto 9, ya que era el que nos quedaba al lado del departamento.
Una vez ya descansado y almorzado, fuimos nuevamente a la playa si mi memoria no me falla, allá todo vale 20 reales, un copete 20 reales, unas papas fritas, 20 reales, unos camarones fritos, 20 reales, para que lo tengan en su presupuesto.

Luego nos fuimos a conocer Ipanema, que estaba relativamente cerca, como a 10 minutos caminando de donde estábamos recién. asi que fuimos para allá, ojo, hasta las palomas se protegen del sol

guaton
lindo
Por lo menos para mi era super raro no ver gaviotas en las playas, solo habían palomas, de las cuales todas se ponían a la sombra para protegerse del sol.

Ya llegada la tarde, teníamos presupuestado ir al famoso Pan de Azúcar para ver la puesta de sol, etc., lamentablemente llegamos más tarde, pero eso no quito el hecho de que estábamos en uno de los logares con las vistas más hermosas que pueden haber de toda la ciudad.

El Pão de Açúcar tiene alrededor de 395 metros de altura y de él se puede ver casi todo Rio. Si tuviera que elegir qué lugar tiene mejor vista entre el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor, diría sin dudas que el Pan de Azúcar tiene LA MEJOR VISTA DE RIO. Porque de partida tienes una vista de 360° en comparación al del Cristo, que solo tiene un mirador que da a una sola parte de la ciudad.
El Pan de Azúcar tiene más de 600 millones de años, y tomo relevancia turística cuando fue construido el inigualable teleférico o bondinho. Iniciada su construcción en la primera década de 1900, fue inaugurado el 27 de octubre de 1912, y rápidamente se convirtió un único de la ciudad brasileña y ha funcionado ininterrumpidamente desde esa fecha.

La idea de este teleférico se le debe al ingeniero brasileño Augusto Ferreira que construyo el teleférico en dos tramos, el primero en 1912 que unía la calle con el Morro de Urca, y en 1913 se inauguraba el segundo tramo entre el Morro de Urca y el Pan de Azúcar. El recorrido tiene una extensión de 750 metros aproximadamente.

Para llegar al Pan de Azúcar tienen nos fuimos en metro, desde Estación Cantagalo hasta Estación Botafogo de ahí caminar hasta que lleguen a Avenida Pasteur y ahí no se van a perder, es cosa de mirar hacia arriba y verán el Pan de Azúcar, caminen hasta la Praça General Tibúrcio y estará la entrada. El ticket sale R$ 80,00 (que son casi 17 mil pesos chilenos), sí, es harta plata, pero si tienen la ISIC, pagan solo R$30, así que ojo ahí.

Subir en el bondinho es toda una experiencia, a pesar de que cada tramo no se demora más de 3 minutos, las vistas son impagables, ojo tienen que cuidar sus tickets porque te los piden para bajar también.

Lamentablemente, como llegamos tarde, casi todas las tiendas, restaurantes etc. que hay en el Morro de Urca estaban cerrados. Solo habían un par y la verdad que no los pescamos mucho porque había que seguir subiendo.


El segundo tramo es genial, igual da vértigo por la altura en la que estas, pero al parecer es súper tranquilo. Así que al llegar arriba ya estaba algo oscuro y pudimos tomar las fotos que les dejo a continuación.






Definitivamente una de las mejores postales.

Luego conocimos una pareja de jubilados argentinos que amablemente nos encaminaron a casa, nunca pregunté sus nombres, pero bueno, es parte de la experiencia del viaje.

Hasta la próxima.

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