Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
miércoles, 19 de abril de 2017
Bitácora de Viaje: Rio de Janeiro - AquaRio, Porto do Rio de Janeiro, Catedral de São Sebastião, Bairro do Santa Teresa. Día 3
Bueno, primero que todo, creo que esta será la entrada más
larga de esta bitácora brasileña, ya que en nuestro tercer día visitamos muchos
lugares aun así, nos quedaron lugares para visitar.
Junto con los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 fueron varias las
cosas que mejoraron en el entorno y espacio público y vial en Rio, así que
antes de viajar nos enteramos que habían construido un acuario en la ciudad
cerca del puerto, así que había que ir a conocerlo. Aquí fue donde tuvimos un
inconveniente bien especial y en parte donde nos sentimos “estafados” porque
fue a varias personas a las que les preguntamos, incluso gente de las empresas
de transporte que nos decían una cosa y que al final no era verdad.
¿A qué me refiero? Fue el pago del medio de transporte, ya
que hay una tarjeta para las micros, para el metro y para el tranvía, y la
verdad es que todos nos decían “compre esta tarjeta y le sirve para los tres” y
no po, nunca fue, así que ojo con eso. En efecto hay una tarjeta que sirve para
los 3, pero por lo que averiguamos era solo para cariocas, no para extranjeros,
aunque nos contaron que podíamos comprarla, ya habíamos comprado las tarjetas y
era mucho gasto, comprar una tercera tarjeta más (tuvimos que comprar una
tarjeta de metro y de tranvía), cada tarjeta sale más de 5 reales, así que
¿para qué comprar otra? Si total las íbamos a usar pocas veces, así que mejor
no compramos la del tranvía.
Nuevamente nos levantamos relativamente temprano y de ahí
tomamos el metro que teníamos más cerca. La estación de metro General Osorio es
como todo en Rio, enorme, incluso tiene cintas transportadoras horizontales, me
imagino que en su momento deben de usarse… pero en toda cosa no conocimos la
hora punta y cada vez que tomábamos metro no había tanta gente.
En fin, llegamos al metro, compramos la tarjeta y nos
embarcamos en el metro, los vagones igual son grandes, son más anchos que los
vagones del metro de Santiago, cada vagón del metro de Rio, son como 1,5
vagones en anchura que los de Santiago. En si el viaje no es tan largo,
teníamos que bajarnos en la Estación Cinelândia, este lugar es súper bonito,
tiene como varios barrios de edificios públicos, y de verdad me gustó mucho, lástima
que no pudimos recorrerlo entero. Una vez ahí, fuimos a donde teníamos que
tomar el tranvía, aquí donde fue que una guardia del metro nos dijo que podíamos
pagar el tranvía con la misma tarjeta del metro, y nunca fu así, al llegar a la
estación del tranvía nos enteramos que esa tarjeta no servía y teníamos que
comprar una nueva tarjeta… una paja, no entiendo porque había una tarjeta por
cada medio de transporte. En fin, después de tener un disgusto, hablar con una
señora muy amorosa que nos enseñó algo de los medios de transporte, y tener que
comprar una nueva tarjeta, pudimos tomar el famoso tranvía.
Metro de Rio
La famosa maquina que te vende las tarjetas
Esta era la tarjeta que te servia para las 3 cosas, pero por lo que sabemos la imagen va cambiando.
Estoy seguro que un medio de transporte así, podía funcionar
en Santiago, de verdad, me gustó mucho usar el tranvía, un medio de transporte
limpio y seguro, no es rápido, pero creo que no se justifica que lo sea, por
suerte este tiene grandes ventanales y se podía ver todo hacia fuera. Pasar por
el tranvía por la parte portuaria es súper bonito ya que se ve todo. Ojala que
estas cosas se puedan implementar en ciudades como Valparaíso en donde se
quiere transformar en un puerto tipo bodegas en vez de dar cabida al espacio
público. Al subirnos al tranvía, no faltaba la vieja velociraptor, (sí es una
organización internacional!!!) se subió una señora con cara de pico, agarro
como 5 asientos e hizo que se sentara toda su familia… Dios! Viejas qlias…
Vista de la estación de Tranvía
Vieja qlia velocirraptor
Estación de los Museos
Crucero
Interior del tranvía
Tranvía vista exterior
En fin, llegamos al acuario llamado AquaRio, se tienen que
bajar en la estación Utopia Aquario, el lugar al parecer es una gran bodega que
fue refaccionada para poder usarla como el acuario, a pesar de que fuimos en
día de semana, el lugar estaba lleno, de verdad llenísimo, es además, el lugar más
caro que visitamos, la entrada sale más de $16.000 pesos chilenos, pero a pesar
de todo, la espera es súper corta. Ojo no sirven las tarjetas estudiantiles
internacionales, no pude pagar con la ISIC en el AquaRio, el descuento es solo
para estudiantes de Brasil.
Al principio te hacen subir un ascensor, y al llegar al 3er
piso, te recibe una chica que te dice lo típico, no sacar fotos con flash, no
tirar basura, etc., etc., etc. Cosas que les pido que escuchen, porque la gente
desubicada no falta. En sí, el acuario es hermoso, aunque hay estanques con
especies carismáticas que son bien pequeñas, como la de los Caballitos de Mar,
pero aparte de eso, es genial. Tienen muchas especies, incluso un estanque con
medusas, langostas, corales, peces tropicales, etc. Una experiencia que vale la
pena vivir, sobre todo por la gran inmensidad de nuestros océanos. Aquí viví
una mala experiencia, porque mi celular no me enfocaba y más encima mi cámara
también empezó a fallar y casi todas las fotos que saque salieron movidas,
desenfocadas etc. Un asco, de verdad me enoje mucho, pero bueno, nada que
hacerle. Las fotos que les entregaré ahora fueron como las más decentes.
los manglares!
Acuario de medusas
Langostas
Caballito de mas, lastima que su acuario era pequeño
Peces payasos
La parte más álgida del recorrido, es el túnel que hay
dentro del estanque más grande del acuario, en donde puedes ver varias especies
incluso un tiburón y varios tipos de rayas. Creo que lo que falto acá es tener
recorridos guiados, seria genial algo así ya que se supone que la educación
ambiental que se hace acá es para educar a la gente y preservar la flora y
fauna marina.
Al salir del acuario, ya era bastante tarde, teníamos
hambre, pero no recuerdo que hayamos ido a comer, nos pusimos a recorrer el
puerto, lo primero que vemos al salir del acuario, son unos grandes murales pintados
por el artista Eduardo Kobra (https://www.instagram.com/kobrastreetart/),
estos murales retratan rostros de los 5 continentes en referencia a los 5
anillos olímpicos de los pasados Juegos Rio 2016. Por lo que pude averiguar
esta muestra de retratos son de la etnia Mulsi de Etiopía (África), seguido por
uno de la tribu Karen de Tailandia (Asia), uno de los Tapajós de Brasil
(América), un cuarto de los Chukchis de Siberia (Europa) y el último de la
etnia Hulis de Nueva Guinea (Oceanía) y en palabras del autor "Es un mural
para hablar sobre la unión de los pueblos. Habla justamente de la importancia
de dejar de lado las diferencias religiosas y las diferencias políticas; de
evitar los conflictos, y de realmente buscar la unión de los pueblos"
(fuente efe.com). De verdad el mural es hermoso y vale la pena quedarse un rato
mirando estas muestras.
Al pasar por el Porto
do Rio de Janeiro, se puede ver un lugar totalmente renovado y que me imagino
que fue por los pasados juegos olímpicos, aun así se agradece y me imagino que
la gente de Rio lo usará mucho, porque el lugar de verdad está lleno. Hasta un
crucero vimos estacionado, nunca creí que los cruceros eran tan grandes, pero
de verdad se ve bien bonito.
Bueno al seguir bajando por el puerto (Av.
Rodrigues Alves) vas a llegar hasta la parada del tranvía llamada Parada dos
Museus, ahí está el Museu do Amanhã, al cual no entramos porque había una cola
gigante y ya era bastante tarde como para entrar a otro museo, va a quedar
pendiente no más para otra oportunidad. El museo en si es grande y es como una
especie de barco que está construido hacia el mar, ojo que no hay barandas y
cualquiera se puede caer al agua, según el sitio ImaginaRiodeJaneiro este lugar
“Mediante instalaciones audiovisuales, instalaciones interactivas y juegos, en
él se puede hacer un viaje en el tiempo, hasta el momento mismo del Big Bang,
para desde ese punto intentar entender los procesos de evolución de la tierra y
del hombre, analizar las tendencias actuales en cuanto a los avances de la
tecnología, el crecimiento de la población mundial y el cambio climático e
imaginar cuáles serían los posibles futuros para la humanidad en los próximos
50 años, en función a las decisiones que tomemos hoy.” El museo tiene un paseo
para caminar por el exterior, cosa que nosotros hicimos, así tienes la
particularidad de poder ver todo el puerto y los grandes barcos que ahí llegan.
Luego de tomarnos la típica foto
en el letrero de Rio Te Amo (ojo hay filas para tomarte la foto, pero si la
tomas por detrás y luego editas la foto en tu celular y pones “modo espejo”
nadie notará que esta por el otro lado, al menos yo hice eso y te ahorras que salga
gente colada, pendejos gritones etc. Bueno, de ahí caminamos por una calle. Que
no recuerdo para tomar el metro, atravesamos un lugar que parecía como era Rio
hace más de 50 años, puras casas típicas y barrios pequeños en medio de grandes
edificios, lamenté que el lugar estuviese en tan mal condición, ojala pudieran arreglarlos
porque de verdad eran construcciones muy bonitas, otra cosa que vi fue una
caseta de teléfonos en donde habían muchos avisos de prostitutas con el anuncio
de “foto real” jajaja, pintoresco al
menos. Llegamos a Estação Uruguaiana para luego bajarnos nuevamente en Cinelândia
y caminar hacia la Catedral. No conozco como es Estação Uruguaiana, pero no me
dio buena espina, así que ojo con sus pertenencias.
Al llegar a Cinelândia
y caminar en dirección a la Catedral pasamos por un lugar de grandes edificios
de grandes empresas, y ahí, entre medio de todas esas moles de concreto, se
encuentra la catedral de Rio, llamada Catedral Metropolitana de São Sebastião
do Rio de Janeiro. La Catedral tiene un tipo de construcción bien particular,
es como un cono con grandes vitrales en donde se pueden ver pasajes bíblicos
etc. Las sillas son iguales que en cualquier otra iglesia y el altar también es
bien particular, también tienen un museo el cual estaba cerrado así que no
pudimos ingresar. Nuevamente nos topamos con turistas asiáticos, que parecían
chinos, que nuevamente no se pegan la avispá y no cachan que se meten entre
medio de tus fotos, como que te pones para sacarle una foto a alguien y se
ponen en medio, es súper desagradable, y como que de verdad cachando huevo que
la están cagando.
Se acuerdan del pasaje biblico de la expulsión de los mercaderes del templo?
bueno... ¿qué hace una tienda de souvenirs adentro de la catedral?
Saliendo de la catedral vayan dirección
al sur por Av. República do Paraguai (ojo, les recomiendo antes que salgan que
SIEMPRE bajen a sus celulares el mapa del lugar a donde van a ir en Google
Maps, esta app te da la opción de poder bajar un mapa y tenerlo en tu celular
como por 15 días, y luego se borra automáticamente, para no perderse tanto,
ocupen google maps), para llegar a los Arcos da Lapa o Aqueduto da Carioca, un
lugar bien bonito que antiguamente era un acueducto que sirvió para transportar
agua del Rio Carioca hasta el centro de la ciudad en la época de la colonia. Ahora
ya no funciona como acueducto, sino más bien se usa con fines turísticos por el
Bondinho de Santa Teresa, un pequeño tren amarillo que es más turístico que
otra cosa, aun así sirve para mantener conectados a los barrios de Lapa y Santa
Teresa.
Al salir de ahí emprendimos camino
nuevamente hasta la famosa Escalera de Selarón, desde los Arcos a la escalera
es súper fácil llegar, son aproximadamente 4 cuadras, usando cualquier mapa
llegaran. La escalera de Selarón está en medio de un barrio de muchos
restaurantes, bares, lugares para comprar etc. Su creador fue el chileno Jorge Selarón se instaló en la ciudad en 1983 y unos años más tarde
quiso rendir homenaje a la ciudad que lo había acogido tan afectuosamente,
revistiendo de azulejos la escalera que sube desde Lapa hasta el Convento de
Santa Teresa, lamentablemente el artista chileno fue encontrado muerto en enero
del 2013 en la escalera misma, dejando un legado a la ciudad que hasta el día
de hoy es postal obligatoria a todo visitante. La escalera tiene 125 metros y 215 peldaños. Frente al inicio de la
escalera esta la calle R. Teotônio Regadas la cual tiene varios murales que están
en constante renovación.
Cuando nos íbamos yendo a nuestro
hogar nos pilló la lluvia, así que ojo, ya que las calles no son muy buenas y
caerse me imagino que debe ser terrible, por ultimo a reponer energías
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